miércoles, octubre 25, 2006

Yo te escribo desde la solemnidad de mi ignorancia, a dentelladas le arranco letras al abecedario, las ordeno y te las doy como una ofrenda humilde pero cómplice. Quiero tu sonrisa, ¿qué no ves? Una mirada, un secreto, la caricia austera de los que se aman en silencio.

Pero no miras nada. Prefieres las letras de otro que canta en argentino.